(debería estar haciendo la tesis, pero Chesto me provocó con su entrada)
Para mi los libros han sido una compañía necesaria. En la cuadra en que viví mi adolescencia solo se escuchaba reguetón y vallenato. En general ninguno de los esos ritmos me apasionaba especialmente así que casi podría decirse que mi adolescencia estuvo ausente de música -qué triste-. Pero digo casi, por una importante razón. Uno de mis tíos al parecer era un lector asiduo. Y también en alguna época de su vida vendía libros. Él se hizo a una biblioteca envidiable, luego se vino a Medellín a estudiar, tiempito después nací y crecí un poquito. Me gustaban mucho los dibujos y las fotografías, así que me encerraba en el cuarto de mi tío a revisar las enciclopedias ilustradas que tenía. Una y otra vez repasaba las laminitas de los libros. Me acuerdo tanto. Además porque sufría de asma y ese cuarto estaba empolvado pues casi nadie lo usaba, así que estar ahí era también sufrir un poco.
Había hasta una enciclopedia ilustrada del sexo hacia la cual no sentía curiosidad porque mi mamá en cierto modo fue una mujer abierta y desde chiquitos a mi hermano y a mi nos mostraba información sobre sexo. Osea, aclarando, ella se compró su propia enciclopedia del sexo (que tenía doce tomos) y las revisaba con nosotros. Así que como desde los cinco años mi hermano y yo sabíamos que los espermatozoides salían del pene, el cual entraba en la vagina de la mujer, fecundaban el óvulo y pum bebé! y no sólo eso, también sabíamos cómo sucedía entre las gallinas, entre los perros y entre las flores (porque la enciclopedia también traía esos ejemplos). Pero bueno, me desvié, perdón. El punto es que cuando crecí aún más, dejé de ver las enciclopedias y centré mi atención en el resto de los libros, que eran un montón. Había varios de poesía y ellos se convirtieron en mi música. En serio. De hecho los leía en voz alta, porque me gustaba mucho cómo sonaban los poemas.
Porfirio Barba Jacob
El libro de poemas que más me marcó de aquella época fue una antología de Porfirio Barba Jacob. Empecé a leerlo como a los doce años y hasta los 18 por ahí, me encantaba, tanto que viajaba con él a Medellín y me devolvía con él a Valledupar. En uno de esos viajes seguramente lo perdí (todavía me pone triste pensar que ya no lo tengo). Uno de los poemas que más me gustaba de él era canción delirante, que de hecho es el origen de mi nick. Mi fragmento favorito de ese poema dice así:
Nosotros somos los delirantes
los delirantes de la pasión
ved nuestras vagas huellas errantes
y en nuestras manos febriciantes
rojas piltrafas de corazón
Era super melancólica de adolescente. Otro poema que recuerdo mucho es sabor de la nada de Charles Baudelaire. Cuando lo leí por primera vez dije: Dios tengo que leer todo de este tipo. Luego busqué sobre él y me enteré que era uno de esos que a los que llamaban "poetas malditos" igual que Barba Jacob y pensé: ¡con razón!, luego pensé algo así como que debería aprender francés para sentir al máximo la esencia de sus poemas (?) y ya nunca aprendí francés, ni leí un sólo poema más de Baudelaire, ni de Rimbaud, ni de Verlaine porque luego se me pasó la melancolía adolescente...
Un plus que para mi tenían estos poetas malditos es que para su época (y para mi época) eran transgresores de la sexualidad normativa. Barba Jacob era bisexual y hasta tenía un poema muy bello dedicado a varios amores o amantes (no sé) hombres. Verlaine y Rimbaud tuvieron algún tipo de relación entre ellos...
La mujer rota - Simone de Beauvoir
La mujer rota... este es otro libro que recuerdo así con mucho cariño... pero con mucho mucho. Yo antes de los doce años era una niña muy religiosa. Rezaba todas las noches, leía la biblia (de hecho me puse como meta leerme toda la biblia, así que iba en orden desde el primer libro... sólo llegué como hasta el sexto, séptimo porque luego me vino el ateísmo), y hasta me gustaba que llegaran los testigos de jehová a la casa!!! Aunque sospecho que era porque las muchachas que me "enseñaban cómo leer la biblia" eran muy amables. Es más, me acuerdo mucho de una. Tenía la piel clara, el cabello rizado y castaño claro y los ojos miel más bonitos de los que tengo registro mental... en fin...
Un día me hice consciente de que me gustaba una muchacha (y luego otra y otra y otra) y eso trajo conflicto con mis creencias. Total que me tocó cuestionarme si o sí... y cómo no, la biblioteca de mi tío estaba para darme una manita... Entre los varios libros que habían encontré este, la mujer rota... eran tres relatos que me parecieron de lo más apasionante. Yo no sabía bien por qué. Como fue hace tanto, no recuerdo muy bien cada detalle de los relatos. Sé que los tres eran sobre mujeres. En algún momento hay una imagen de una mujer frente a algo negro, como una puerta o no sé qué, pero que representa el futuro y representa que la vida no se acaba por muy rota que estés (como que el esposo la había dejado por otra mujer o simplemente la había dejado)... también recuerdo, eso sí muy bien, que en uno de los relatos una mamá estaba llorando en época de navidades porque odiaba a todo el mundo y una de sus odiadas era su hija lesbiana que se había suicidado, al parecer un poco por responsabilidad de la madre. Creo que fue la primera vez que tuve una referencia más o menos normalizada de una lesbiana. Es decir, existen y no son monstruosas y fue como wow.... ahí di mis primeros pasitos de aceptación.
Por alguna parte de ese libro hablan sobre la posibilidad de la inexistencia de dios, así que ese fue otro pasito. Para mi hasta ese momento era incuestionable la existencia de dios y todas sus leyes y normas y los fornicadores y homosexuales estaban irremediablemente condenados al infierno. Ósea, obvio no veía a dios ni lo escuchaba en los rezos nocturnos y eso me hacía dudar a veces y hasta le pedía señales de existencia, pero nunca hasta ese momento, un adulto insinuó que dios no existía y nunca yo misma lo había visto como una posibilidad real. Allí empecé a desprenderme de ese lastre (no digo que creer en dios sea un lastre, pero la forma en que yo lo hacía sí). Ser atea me liberó de cualquier culpa en torno a mi sexualidad, así que este libro en su momento hizo un montón por mi...
Utopía - Tomás Moro
Como que los doce, trece años fueron una época de mucho descubrimiento para mí. En serio. Supongo que tiene que ver con que me cambié de colegio a uno mucho más grande, con muchos más alumnos (éramos 45 por salón, aunque en un año llegamos a ser 65) y muchas más materias. Total no sé cómo, en ese tiempo pasé de pensar que las guerrillas eran hombres y mujeres malas (osea naturalmente "malos", como si hubieran nacido así. La mayor parte de los niños de Colombia de seguro tuvimos esa idea fantástica de hombres malos porque sí, que ponen carros bombas, matan a los soldados, secuestran a la gente, son sanguinarios y terroríficos y no se los puede nombrar) y sin razón alguna, a pensar que las guerrillas quizás hacían lo que hacían por alguna razón... me puse a investigar en una de las bibliotecas de Valledupar, que allá sí había computadores e internet y los prestaban como una hora si uno iba con el uniforme del colegio (o algo así no recuerdo bien). Y allí investigando sobre las guerrillas, descubrí que estaban relacionadas con algo que se llamaba comunismo, hasta el momento un término totalmente desconocido para mi, que se supone que luchaban contras las injusticias y e.t.c. e.t.c. el punto es que por algún lado salió el nombre de un libro que yo sabía que estaba en la biblioteca de mi tío (porque bueno, otra de las cosas que hacía era sacar tooodos los libros, revisar sus títulos, quizás abrirlos y echarles una ojeada y volverlos a guardar, uno por uno en su lugar), ese libro era: el manifiesto comunista. Me puse a leerlo con toda la curiosidad, las ganas y las buenas intenciones... recuerdo incluso que una vez mi papá me vio leyéndolo, me miró super extrañado y asustado y me dijo: nena, es bueno que leas ese tipo de cosas para para que conozcas, pero el comunismo fue un experimento que se hizo y que fracasó... Fue tan raro ese momento... En fin, con todo y las ganas que le puse, el libro la verdad fue muy complicado para mí, todo eso de lucha de clases, burgueses, proletarios, yo nunca pero nunca había escuchado esas palabras... Justo ese mismo libro mencionaba otro que parecía muy importante para el comunismo, la utopía de Tomás Moro, y que también estaba en la biblioteca de mi tío, así que me dije: pues revisaré este a ver si lo entiendo más... y sí que lo entendí. Es la descripción de un lugar donde vivían igualitariamente. Recuerdo que hubo algo que me chocó y era que tuvieran esclavos, pero de todos modos los trataban bien, lo cual en mi mente de 12/13 años, era algo moralmente superior a nuestra realidad... Otra cosa que recuerdo es que eran los esclavos los que portaban el oro como grilletes y cadenas... A nadie más de esa sociedad le interesaba ese metal... supongo que si leo el libro de nuevo, encontraré montón de problemas, pero en aquel momento la idea que proponía me gustó mucho! Creo que fue la entrada a un mundo de posibilidades y por eso lo recuerdo con cariño...
Yo me extiendo demasiado... solo he mencionado tres libros y ya esto está muy largo.... Justo por eso es que no termino la tesis...